“No existen, pero te influyen”: la revolución de los influencers virtuales

“No existen, pero te influyen”: la revolución de los influencers virtuales

Hace unos años parecía imposible que una persona que no existe en la vida real pudiera tener millones de seguidores, firmar contratos con grandes marcas o protagonizar campañas publicitarias. Pero hoy eso es una realidad. 
Los influencers virtuales, figuras creadas con inteligencia artificial y animación 3D, están ganando terreno en el mundo del marketing digital. Ya no son solo personajes curiosos de internet: se han convertido en auténticas estrellas. 

Un ejemplo claro es Lil Miquela,una joven digital con más de 2,5 millones de seguidores en Instagram. A pesar de no ser humana, ha trabajado con marcas como Prada, Calvin Klein o Samsung, y comparte en redes su “vida” como si fuera una persona real. 

La nueva era de los influencers, ¿qué hace que triunfen tanto? 

El éxito de estos personajes se debe a varios factores. Primero, ofrecen a las marcas control total sobre su imagen. Nunca se cansan, no cometen errores, y pueden adaptarse a cualquier estilo o mensaje que una campaña necesite. Además, tienen una gran ventaja: no envejecen ni se meten en polémicas

Por ejemplo, Imma, una influencer virtual japonesa con cabello rosa y un estilo muy cuidado, ha trabajado con marcas como Valentino o Ikea Japón. Su aspecto realista y su estética futurista la han convertido en una figura muy influyente en Asia. 

Otro caso es Shudu, considerada la primera supermodelo digital del mundo. Fue creada por un fotógrafo británico y ha protagonizado campañas de Balmain y Fenty Beauty. Su imagen hiperrealista generó tanto impacto que muchos usuarios creyeron que era una modelo de carne y hueso. 

Las marcas también se sienten atraídas porque estos personajes permiten explorar nuevas narrativas. Pueden vivir en mundos virtuales, viajar al espacio o aparecer en escenarios imposibles, todo sin límites físicos. 

Lo virtual y lo real se mezclan 

A medida que la inteligencia artificial avanza, la frontera entre lo real y lo digital se vuelve cada vez más difusa. Hoy, algunos influencers virtuales ya usan IA generativa para crear sus propias publicaciones o responder a los comentarios de sus seguidores. 

Incluso hay colaboraciones entre influencers reales y virtuales. La modelo Bella Hadid, por ejemplo, protagonizó una campaña junto a Noonoouri, una influencer virtual con estética de muñeca que colabora con Dior y Versace

Las marcas están experimentando con estas figuras porque ofrecen innovación, creatividad y atención asegurada. Sin embargo, también surgen preguntas éticas: ¿qué pasa con la autenticidad? ¿Podrán los consumidores conectar de verdad con alguien que no existe? 

El futuro ya está aquí 

Los influencers virtuales no van a sustituir a los humanos, pero sí van a compartir espacio con ellos. Representan una nueva forma de contar historias y conectar con las audiencias, sobre todo con las generaciones más jóvenes, que viven entre lo digital y lo real con total naturalidad. 

El reto estará en mantener la humanidad detrás de cada historia, incluso si quien la cuenta está hecha de píxeles. Al final, más allá de ser reales o virtuales, lo que importa sigue siendo lo mismo: emocionar, inspirar y conectar

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